Dulces navideños ecológicos vs convencionales
Dulces navideños ecológicos vs convencionales
Llegan las Navidades y pronto nuestras mesas se llenarán de turrones, polvorones y mazapanes. Pero también de incorporaciones más recientes del extranjero, que ya se han hecho populares en nuestro país, como el panettone o el pandoro.
En los lineales de las tiendas y supermercados la oferta es casi infinita. Sin embargo, existen diferencias notables entre unos productos y otros. Varían los precios, los ingredientes y la forma de producción, que puede ser artesanal o industrial. También podemos elegir entre productos convencionales o dulces navideños ecológicos.
Mientras seguramente no te costará entender que no es lo mismo un producto barato industrializado y uno artesanal de mayor precio, puede que no veas tan claro si realmente vale la pena comprar un turrón o un panettone ecológico.
Por ello queremos dedicar el post de hoy a los dulces navideños ecológicos, para que conozcas todas sus ventajas y puedas tomar una decisión informada a la hora de realizar tu compra.
Un alimento sin pesticidas
Seguramente, cuando te hablan de alimentación ecológica, lo primero que se te vendrá a la mente será todo lo relacionado con los pesticidas.
¿Pero esto en realidad tiene tanta importancia en el caso concreto de los dulces navideños, unos productos que contienen poco más que almendras, azúcar y, en algunos casos, harina?
Aunque aparentemente no resulte tan relevante, esto puede tener su importancia. En el cultivo, tanto de la remolacha azucarera como de la caña de azúcar, el uso de pesticidas es generalizado y, en algunos casos, muy importante.
También se emplean plaguicidas de forma intensiva en los cereales. Están más expuestos los integrales, ya que de ellos se consume también la cáscara, que se ve directamente expuesta a los productos químicos utilizados para el cultivo. Por lo tanto, es precisamente en los más saludables productos integrales, donde la certificación bio más recomendable.
En lo que respecta a las almendras es cierto que, debido a las características especiales de este fruto, la contaminación por pesticidas es sensiblemente menor que en otros vegetales. Esto se debe principalmente a su gruesa cáscara. Pero esto no significa que los plaguicidas no se empleen con profusión en su cultivo, algo que puede traer aparejados otro tipo de problemas.
Una elección que no sólo te afecta a ti
Nuestra sociedad moderna nos ha hecho a todos un poco egoístas. Estamos demasiado acostumbrados a mirarnos nuestro propio ombligo, sin preocuparnos sobre las consecuencias que tendrán nuestros actos sobre lo que nos rodea.
Así, en el momento de decidir si comprar dulces navideños ecológicos o convencionales, inmediatamente centraremos nuestra reflexión en las dudas sobre cuántos restos de tóxicos pueden quedar en el producto final que nos vamos a comer. Es decir, lo que nos preocupa es principalmente nuestra salud.
Sin embargo, muchas veces olvidamos que nosotros somos sólo una pequeña parte de la historia.
¿Qué hay, por ejemplo, de los agricultores aplican los tratamientos químicos a los campos? ¿O de las personas que se ven obligadas a vivir en las inmediaciones de las plantaciones convencionales?
Según estimaciones de la ONU, cada año mueren alrededor de 200.000 agricultores debido a intoxicaciones por el uso excesivo o inadecuado de pesticidas y herbicidas. A esto se suma un número indeterminado de personas que enferman y mueren a causa de complicaciones relacionadas con la exposición continuada a estas sustancias.
En muchos casos, esta es involuntaria, debido a que sus casas o escuelas se encuentran en las cercanías de grandes plantaciones o porque beben agua de pozos a los que se han filtrado productos peligrosos procedentes de las mismas.
El problema se agrava en el tercer mundo, donde a menudo los agricultores no cuentan con el equipamiento ni la formación de autoprotección adecuados. En muchos países no existe una legislación lo suficientemente estricta para garantizar la seguridad de las personas. Todavía se emplean venenos que en Europa están prohibidos o se fumiga indiscriminadamente desde avionetas.
Los dulces navideños ecológicos ayudan al medio ambiente
Pero los humanos no somos los únicos afectados por estas prácticas. También los demás habitantes del planeta pagan un alto precio por nuestra dependencia de la agricultura convencional.
El empleo de productos químicos altamente tóxicos, como el glifosato o los plaguicidas neonicotoides, causan estragos en las poblaciones de muchos animales, suponiendo un grave problema para la biodiversidad.
Especialmente preocupante es la muerte masiva de abejas que se ha estado produciendo en los últimos años. No sólo supone un grave problema medioambiental, sino incluso una amenaza global para nuestra propia supervivencia.
Estos insectos son imprescindibles para la polinización de la mayoría de las especies de vegetales de cultivo y silvestres. La agricultura, tal y como la entendemos hoy, sería impensable sin ellos.
También el suelo y los cursos de agua están amenazados por la filtración de productos tóxicos y metales pesados procedentes de nuestros cultivos. Muchos de estas materias pueden tardar cientos de años en degradarse y se van acumulando en la tierra.
El uso de fertilizantes químicos igualmente ha disparado la proliferación de algunas algas, tanto de agua dulce como marina, interfiriendo gravemente en el equilibrio de los ecosistemas acuáticos.
Pero esto no es todo. Los grandes monocultivos, tan habituales en la agricultura convencional, son una importante carga para la fertilidad de la tierra. La producción intensiva no permite al suelo recuperarse.
A la larga, se agotan sus recursos y se reduce el llamado humus, la primera capa "viva" de la tierra que puede acabar desapareciendo por completo. Si esto ocurre, el suelo ya no será cultivable sin abonos químicos y se verá expuesto a la erosión y finalmente a la desertización.
Si bien no sería del todo justo asegurar que todo lo visto anteriormente es aplicable a todos los productos no ecológicos sin distinción, el problema es que los estándares de la agricultura convencional son muy variables, dependiendo del lugar de cultivo.
Por ello, es difícil saber exactamente lo que estamos comiendo en un producto como los dulces navideños, donde debido a la enorme demanda, muchos de los ingredientes se deben importar de fuera de la UE.
Las ventajas de la agricultura ecológica
En la agricultura ecológica las reglas de juego son bastante distintas. Cualquier producto identificado con el sello de la Unión Europea de agricultura ecológica, debe cumplir unos estrictos estándares de producción.
Para obtener y mantener la certificación se deben pasar los mismos controles, independientemente de dónde se produzcan los ingredientes. Es decir, que las almendras o el azúcar de los dulces navideños ecológicos se habrán producido bajo las mismas condiciones, sin importar que procedan de España o de un país tercero, incluso si este es del tercer mundo.
Los requisitos de la certificación son muy estrictos, ya que se prohíbe el uso de pesticidas o fertilizantes químicos y se obliga a implementar unos métodos de cultivo más sostenibles.
Frente a los grandes monocultivos de la agricultura convencional, en la producción ecológica se persigue crear un ecosistema con diferentes tipos de plantas. Esto incluye vegetación auxiliar (setos, etc.), para atraer a una fauna de insectos beneficiosos, que ayuden a controlar las plagas de manera natural.
Se crea además un sistema circular, mediante el cual los animales de la ganadería ecológica pastan para eliminar las malas hierbas y sus excrementos se utilizan como fertilizante para la explotación agrícola. Todo esto contribuye a la sostenibilidad y la biodiversidad, garantizando también unas condiciones de vida más dignas para los animales.
Por lo tanto, cuando tomes tu decisión de comprar dulces navideños ecológicos, piensa que estarás ayudando al planeta y a todos los que vivimos en este frágil ecosistema.
Otras ventajas de los dulces navideños ecológicos
Hemos visto pues que consumiendo turrones, mazapanes y otras delicias ecológicas, estarás diciendo no a los pesticidas y dando un paso importante para tu propia salud y para la protección del medio ambiente. Pero hay algunas ventajas más que suelen venir implícitas con casi todos los productos ecológicos.
Los fabricantes de dulces navideños ecológicos son en su mayoría pequeños productores, que todavía los elaboran sus productos de manera artesanal. Además, saben que su clientela potencial son personas preocupadas por la salud y por alimentarse bien. Por ello, suelen cuidar la composición de los productos, tratando de utilizar los ingredientes más saludables y prescindir de aditivos innecesarios.
Así, mientras en muchos dulces convencionales se utiliza para la fabricación azúcar blanco o derivados ultraprocesados del mismo como el jarabe de glucosa o el azúcar invertido, en los ecológicos se recurre casi siempre al azúcar de caña integral.
Cuando se usa miel, se prefiere la de buena calidad y origen nacional, frente a mieles importadas, muchas veces adulteradas con otros endulzantes. En general, los fabricantes ecológicos además tienden a reducir la cantidad de azúcares y endulzantes en sus procesos de elaboración.
En la fabricación convencional, especialmente en los productos que contienen harinas, es común que se empleen diferentes aditivos, como emulgentes, humectantes o conservantes.
Si bien en los turrones es menos habitual añadir aditivos, algunos contienen mono y diglicéridos de ácidos grasos (E471). Se trata de un emulsionante y antioxidante que se obtiene por hidrólisis de ácidos grasos. Estos pueden ser obtenidos tanto de fuentes vegetales como animales.
Se cree que este aditivo puede interferir en nuestra manera de asimilar ácidos grasos esenciales y podría tener efectos sobre hígado y riñón. Al menos esto parecen indicar pruebas que se han realizado en animales.
En el lado opuesto, los dulces navideños ecológicos suelen estar libres de todos estos aditivos.
Endúlzate estas fiestas con dulces navideños ecológicos
Como has podido ver, una decisión aparentemente tan intrascendente como comprar un turrón o un panettone ecológico o convencional, puede suponer una diferencia muy grande. No sólo afectará a la calidad del producto, sino también en todo lo que se esconde detrás de él y que afecta a todos los que habitamos este planeta.
En cuanto al precio, la diferencia no es importante, si tenemos en cuenta que estarás adquiriendo un producto casi siempre artesano y de máxima calidad.
Eso sí, no olvides que, aunque sus ingredientes sean mucho más sanos, seguirá siendo un dulce y por lo tanto contendrá azúcar y bastantes calorías. Así que siempre es importante que moderes su consumo.
Una buena idea puede ser comprar menos dulces durante las fiestas, pero de más calidad y siempre ecológicos.
De este modo te cuidarás tú y cuidarás del medio ambiente, algo que encaja perfectamente con el espíritu navideño de estos días.