Bisfenol A: Una amenaza silenciosa
Bisfenol A: Una amenaza silenciosa
El bisfenol A o, abreviadamente BPA, es un producto químico utilizado en la fabricación de resinas industriales y algunos tipos de plásticos como el policarbonato. Se trata de una sustancia controvertida, ya que se le atribuyen muchos efectos adversos para la salud.
A pesar de ello, sigue usándose de forma masiva, incluso en productos de uso alimentario.
¿Pero qué problemas puede causarte el bisfenol A, en qué productos se encuentra y cómo puedes protegerte de sus efectos nocivos?
En el post de hoy te lo contaremos todo.
Qué productos contienen bisfenol A
El plástico es un material universal que está en todas partes. Se utiliza en los envases de los alimentos y en multitud de utensilios de la vida cotidiana.
Las resinas industriales también son un ingrediente habitual en todo tipo de recubrimientos o sustancias adhesivas. Esto son algunos de los productos u objetos que pueden contener BPA:
- Bandejas, tarros y envases de alimentos, cosméticos o productos de higiene.
- Cubiertos, vasos y platos desechables.
- Film de plástico y bolsas de congelación.
- Recubrimientos interiores y tapas de latas y conservas.
- Botellas de agua y refrescos.
- Envases desechables de comida rápida.
- Máquinas de cocina (cafeteras, filtros, hervidores de agua, etc.).
- Tubos de plástico de máquinas expendedoras de café y bebidas.
- Determinadas partes de chupetes y utensilios para bebés.
- Etiquetas de los productos.
- Tickets de caja y recibos.
- CD, DVD, etc.
- Juguetes de plástico.
- Determinados materiales de relleno dental.
Como se puede ver, una gran parte de los objetos de plástico que nos rodean en nuestra vida cotidiana contienen en sus formulaciones bisfenol A.
Cuando el plástico policarbonato o las resinas utilizadas en los recubrimientos de los envases entran en contacto con líquidos calientes, ácidos o alcalinos, comienzan a degradarse y lo liberan al contenido.
Al consumirlo, absorbemos el BPA a través de nuestras mucosas bucales, entrando así en nuestro organismo. El mismo efecto también puede producirse por la degradación del plástico debido al sol o a las inclemencias del tiempo.
Pero no sólo absorbemos bisfenol A mediante los alimentos. También lo hacemos a través de la piel, cuando tocamos etiquetas, tickets de caja u otros objetos que lo contienen.
BPA, una sustancia peligrosa
Una de las mayores problemáticas del BPA, es que interfiere con nuestro sistema hormonal y endocrino, que controla un gran número de procesos metabólicos importantes en nuestro cuerpo.
La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas ECHA, ha catalogado al bisfenol A como una "sustancia química muy preocupante". También la Agencia de Seguridad Alimentaria Europea EFSA está reevaluando su efecto sobre humanos, especialmente en los niños de corta edad.
¿Pero qué tipo de enfermedades puede causarnos el BPA?
Debido a la importancia del sistema hormonal, en realidad casi cualquiera. Estas son algunas de las que están en el punto de mira:
- Problemas de desarrollo y fertilidad.
- Desarreglos menstruales.
- Asma y problemas respiratorios.
- Intolerancias alimentarias.
- Entrada prematura a la pubertad.
- Diabetes.
- Enfermedades coronarias.
- Cáncer.
- Daños cerebrales
- Descomposición de los dientes.
- Obesidad.
Si bien el bisfenol A afecta negativamente a todas las edades, resulta especialmente peligroso durante la gestación o en niños de corta edad, todavía en fase de desarrollo.
¿Amenaza real o burda exageración?
Es posible que tiendas a pensar: "Bueno no será para tanto. Las cantidades de bisfenol A que pueden acabar en los alimentos que consumo deben ser ínfimas y no creo que puedan tener un gran efecto".
¿Pero es así realmente?
Hay que tener en cuenta que el BPA es un disruptor endocrino que produce en nuestro cuerpo un efecto similar al de los estrógenos. Este tipo de hormonas sexuales femeninas regula, entre otros, la menstruación o la menopausia.
Por desgracia, tan solo una ínfima cantidad de este tipo de compuestos puede provocarnos problemas de salud y desarreglos generales muy serios. Por ello, es algo que no debemos tomarnos a la ligera en ningún caso.
Productos ecológicos sin bisfenol A
¿Y qué ocurre en el caso de los alimentos ecológicos?
Aunque estos no tienen que cumplir ninguna normativa especial para el envasado, se encuentran mayoritariamente libres de bisfenol A.
No es de extrañar, pues los clientes que compran estos productos son personas preocupadas por la salud. Por lo tanto, no tendría sentido vender envases contaminados con BPA a aquellos que buscan alimentos libres de pesticidas y químicos.
Como consecuencia, la mayoría de los fabricantes bio ya han eliminado el bisfenol a de conservas, tapas, envases y etiquetas. Algunos incluso ya lo indican así en el etiquetado.
Cómo reducir la exposición al bisfenol A
Las autoridades sanitarias y alimentarias poco a poco van dando pasos para retirar el bisfenol a de nuestras vidas. Algunos países ya han prohibido su uso en biberones, chupetes y otros productos de uso infantil.
En algunos lugares se han dado plazos para su total prohibición, al menos de los envases relacionados con alimentos. No obstante, a día de hoy, su uso todavía está muy extendido. Tanto es así que, por ejemplo, alrededor del 70% de las conservas lo siguen conteniendo.
Los posibles sustitutivos del BPA tampoco son siempre una opción segura. Algunos de ellos contienen otras sustancias peligrosas como los ftalatos o el posiblemente cancerígeno cloruro de vinilo.
Por ello, la mejor manera de evitar la contaminación con bisfenol A es limitar al máximo el consumo de alimentos envasados en plástico. Además, es importante mantener una buena higiene para limitar la contaminación a través de otras fuentes, como etiquetas o tickets de caja.
Algunos consejos básicos pueden ser:
- Compra preferentemente alimentos frescos y sin envoltorios de plástico.
- Utiliza tarros y utensilios de cristal, acero inoxidable u otros materiales inocuos.
- Cuando compres aparatos de cocina, comprueba que estén marcados como libres de BPA.
- Fíjate en los códigos de reciclaje de los plásticos y rechaza los que estén marcados como PC (policarbonato) o aquellos que tengan el código 7 (mezclas de diferentes plásticos no especificados).
- Bebe agua mineral en botellas de cristal o utiliza un filtro libre de BPA.
- Nunca rellenes o reutilices botellas de plástico usadas.
- No calientes la comida en tarteras o "tupper" de plástico.
- Tira los tickets de compra a la basura convencional, para evitar que el bisfenol a entre en la cadena de reciclaje.
- Nunca comas algo con las manos después de haber tocado un recibo o ticket de caja, antes de habértelas lavado.
- Consume preferentemente productos ecológicos o de fabricantes que garantizan no utilizar Bisfenol A en sus etiquetados y embalajes.
- Elige juguetes de madera, bambú, tela o que estén garantizados como libres de BPA para tus hijos. No olvides que ellos tienden a meterse todo en la boca y son los más vulnerables a sus efectos.
- Compra biberones de cristal y caucho natural en vez de los de plástico.
Con estas medidas puedes reducir sustancialmente tu exposición a esta peligrosa sustancia y, por consiguiente, el riesgo de que pueda provocarte problemas de salud a medio y largo plazo.
Reduce tu exposición y mejora la salud
Como hemos visto a lo largo de este post, el bisfenol A es realmente una amenaza seria para tu salud. No obstante, puedes hacer mucho para reducir tu exposición al mismo, evitando al máximo los plásticos y eligiendo productos certificados como libres de BPA.
También conviene que evites, dentro de lo posible, el contacto continuado con los tickets de caja, los recibos o las etiquetas de los productos, para limitar también su absorción a través de la piel.
Así el bisfenol A no se convertirá en un problema para tu salud y también estarás realizando un gesto a favor del medio ambiente.