Tiene forma circular, con bordes redondeados y corteza de color amarillo pajizo, resultado de una cuidada maduración.
Su pasta es blanda y cremosa, de color marfil amarillento, que le aporta la leche de pastoreo 360 días al año.
Su sabor es suave y láctico, ligeramente salado y con aromas intensos a nata y yogur.