Llegó la primavera. La estación donde la naturaleza despierta, los árboles reverdecen y brotan nuevas ramas. Se produce una eclosión de flores de todos los colores y formas y empiezan a crecer nuevas frutas, a la vez que comienzan a trepar los guisantes, los tirabeques y los tomates.

El sol empieza a asomarse más a menudo, hay más horas de luz y, por tanto, de actividad.

Nosotros los humanos, como seres vivos que somos, también pasamos por estos procesos si estamos en sintonía con el medio que nos rodea.

Los órganos que tenemos que tener en cuenta para vivir la primavera con mayor salud, son el hígado y la vesícula biliar. Si éstos están en plena forma, la nueva estación nos dará ese ímpetu que vemos en los campos y huertas.

Tendremos ganas de levantarnos por la mañana y facilidad para iniciar nuevos planes, proyectos y actividades. Así mismo, enfrentaremos nuestras tareas con dinamismo y un renovado entusiasmo.

No obstante, debido a nuestras costumbres (alimentación, horarios, stress, educación emocional etc.), el hígado y la vesícula no suelen estar equilibrados como deberían. Es entonces cuando aparece la famosa astenia primaveral. Es justo lo contrario de lo que deberíamos estar sintiendo.

Para colmo, la astenia se presenta acompañada de alteraciones como dolores músculo-esqueléticos y tendinosos o síntomas alérgicos (picor y lagrimeo ocular, estornudos...). Nuestro estado de ánimo tiende a instalarse en la impaciencia, la irritabilidad, el enfado fácil o la intolerancia.

Pero nunca es tarde para volver a alinearse con los ciclos naturales.

Pautas para vivir la primavera intensamente

Para poder vivir la primavera en toda su intensidad, con buena salud, ánimo y humor, debemos seguir una serie de pautas importantes:

  • Tratar de estar más en contacto con la naturaleza (parques, huerta, jardín, excursiones al campo…).
  • Realizar actividades físicas con las que no estemos pendientes de competir, ni con otros ni con nosotros mismos.
  • Ser conscientes de cuando nos estamos sometiendo a demasiada presión o haciendo excesivo caso a nuestra mente y tratar de evitarlo.
  • Dejar ciertos alimentos para cuando vuelva el frío: alimentos animales pesados, fritos, harinas horneadas, etc.
  • En la cocina de primavera, repite con nosotros el "mantra": ÁCIDO-VERDE-HOJAS.

La alimentación de primavera: ácido-verde-hojas

¿Cómo ponemos en práctica esta "mantra"? Apostaremos por los sabores ácidos de buena calidad como los cítricos y sus zumos, los vinagres de umeboshi, arroz o de manzana sin filtrar.

Incorporaremos a nuestra dieta verduras fermentadas como el chucrut, además de frutas primaverales como el níspero o la fresa.

Pondremos el color verde en nuestros platos con verduras como el cebolllino, la parte verde del puerro, germinados, guisantes, tirabeques, alcachofas o el alga wakame. Intenta también poner el verde en tu entorno. Rodéate de plantas y elige más el verde para tu vestuario y complementos durante esta estación.

Consume abundantes hojas verdes cocinadas o crudas: acelgas, espinacas, berzas, hojas de guisante, col, hojas de rabanitos, rúcula, berros, canónigos, perejil, diente de león...

ensalada_aguacate_mango

Así como tratamos en primavera de estar más ligeros en la ropa y más livianos mentalmente, también nuestra cocina se transforma. Es el momento de simplificar y dejar los estofados, fritos y guisos y optar por el vapor, wok, hervido y crudo.

Como comentado anterioremente, también son muy interesantes las verduras fermentadas caseras como el chucrut. Si quieres aprender a hacer estos y otros fermentados, te recomendamos auto-regalarte el libro "Pura Fermentación" de Sandor Ellix Katz.

Cub. Pura Fermentacion 02.CDR

¿Y qué hay del cereal? Es recomendable comerlo todos los días pero más ligero: quinoa, arroces de grano largo como el basmati, pasta integral, cebada, cous-cous y bulgur integrales.

Esperamos que sigáis estas recomendaciones y disfrutéis a tope de la primavera!