¿Qué diferencias existen entre la fruta y verdura ecológica y la convencional? ¿Es cierto que la ecológica es mejor para la salud, más nutritiva y su cultivo más respetuoso con el medio ambiente?

Diferencias en el cultivo de fruta y verdura ecológica

El proceso de cultivo de la fruta y verdura ecológica difiere en muchos aspectos del de los vegetales convencionales. A continuación nos vamos a fijar en las principales diferencias entre ellos. También vamos a analizar las repercusiones que estas pueden tener sobre nuestra salud y el medio ambiente.

Pesticidas y tóxicos

En la agricultura convencional se utilizan grandes cantidades de productos químicos. Los más habituales son pesticidas para el control de plagas o herbicidas para eliminar malezas. Pero también fungicidas para evitar la proliferación de hongos.

En la agricultura ecológica no está permitido el empleo de este tipo de sustancias químicas. Es por ello que para el control de las plagas se utilizan otro tipo de estrategias como:

  • Crear ecosistemas equilibrados evitando monocultivos intensivos.
  • Alternar ciclos de plantas complementarias para no agotar los suelos.
  • Introducir depredadores naturales de los insectos que causan las plagas.
  • Eliminación manual de malezas y ciertas plagas.
  • Uso de trampas mecánicas o repelentes naturales.

En resumen, se trata una forma de cultivo que busca mantener un equilibrio natural que prevenga la aparición de plagas, en vez de combatirlas mediante pesticidas. Como resultado, obtenemos vegetales libres de químicos.

Existen indicios cada vez más claros, de que los productos tóxicos presentes en muchos alimentos convencionales, son los responsables de diferentes tipos de cáncer, enfermedades degenerativas, alergias y otros problemas de salud.

Abonos y fertilizantes químicos

En el cultivo de fruta y verdura ecológica se encuentra también prohibido el uso de fertilizantes químicos.

Como es sabido, estos están causando un aumento peligroso de determinados compuestos en el suelo, que se transfieren a los cultivos. Los más preocupantes son los metales pesados como el cadmio o los nitratos, que cuando entran en nuestra boca se transforman en nitritos.

Seguramente habrás oído hablar de ellos. Es la misma sustancia que se utiliza para preservar productos cárnicos procesados. En cantidades altas puede tener efectos cancerígenos, según ya advirtió la organización mundial de la salud.

Libre de transgénicos

La ley no permite el uso de la ingeniería genética en los cultivos de fruta y verdura ecológica. Por lo tanto, elegir el sello BIO, implica automáticamente comprar un producto libre de transgénicos.

El aspecto medioambiental

Las estrictas normas legales, así como las diferentes técnicas de cultivo que se utilizan en la agricultura ecológica, tienen también efectos positivos para el medio ambiente.

Los cultivos bio no liberan pesticidas y productos tóxicos que contaminan el suelo. Tampoco producen vertidos de nitratos y metales pesados a ríos y aguas subterráneas.

Un punto adicional muy importante, es que con el cultivo de fruta y verdura ecológica se previene la sobreexplotación del suelo y la destrucción del humus. Este manto orgánico fértil de la tierra tarda en generarse entre 100 y 500 años.

Esto se logra rotando cultivos, respetando los ciclos de crecimiento naturales de las plantas y priorizando el uso de variedades autóctonas, adaptadas al terreno.

La agricultura ecológica busca además crear ecosistemas autosuficientes en colaboración con la ganadería ecológica. Los excrementos que generan los animales por un lado, se usan como abono natural para los cultivos. Como contrapartida, los animales se alimentan con vegetales producidos generalmente en la misma explotación o en fincas cercanas.

En nuestro artículo sobre la carne ecológica, puedes encontrar más detalles sobre las implicaciones positivas que esto tiene.

Desarrollo local

La agricultura convencional está mayoritariamente controlada por grandes compañías que favorecen enormes monocultivos mecanizados. Estos muchas veces se encuentran a miles de kilómetros del mercado donde se consumen.

La agricultura ecológica por el contrario, está por lo general representada por pequeños productores que operan localmente. Es una forma de cultivo que precisa más mano de obra, por lo que crea puestos de trabajo de calidad en el medio rural.

¿Es la fruta y verdura ecológica más nutritiva?

La respuesta es un sí categórico y existen evidencias científicas que lo confirman.

Un equipo internacional de expertos de la universidad británica de Newcastle, analizó más de 343 estudios sobre las diferencias entre cultivos ecológicos y convencionales.

Lo más llamativo de las conclusiones, que se publicaron en el British Journal of Nutrition, fue que la concentración de antioxidantes hallados en la fruta y verdura ecológica, llegaba a superar a la convencional hasta en un 60%.

Los cultivos BIO presentaban además niveles muy inferiores de cadmio y nitratos, sustancias que en concentraciones altas pueden ser peligrosas para la salud.

También lo tiene claro Mª Dolores Raigón, doctora en Ingeniería Agrónoma por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y presidenta de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica.

En una entrevista realizada por la publicación Ecoavant en 2014, afirmaba categóricamente que existen evidencias científicas claras de que la fruta y verdura ecológica tiene un mayor contenido en vitaminas, minerales, antioxidantes y proteínas.

¿Tiene la fruta y verdura ecológica más sabor?

En la agricultura convencional, la prioridad es el crecimiento rápido y la máxima productividad de las plantas. Por ello, se seleccionan principalmente las variedades más productivas, por encima de otros criterios como el sabor.

Las zonas de cultivo se encuentran a menudo en zonas alejadas y sirven a grandes redes de distribución. Por ello, se cosechan mucho antes de su momento óptimo y se recurre a cámaras de maduración.

Todo esto lógicamente no sólo se paga con una pérdida de nutrientes, como ya hemos visto, sino también de sabor. Es por ello que como norma general, la fruta y verdura ecológica tiene un sabor más intenso, como la que se comía en los tiempos de nuestros abuelos.

Si adquirimos productos que además de ecológicos son “de huerta”, es decir de pequeñas explotaciones locales, la diferencia en el sabor se acentuará todavía más. Esto no es de extrañar, pues los vegetales de huerta habrán madurado en la planta hasta el final y llegarán a nuestro carro de la compra en sólo unas horas.

En Aldea Biomarket os proveemos de fruta y verdura ecológica procedente mayoritariamente de productores locales gallegos, con los que tenemos una relación muy cercana. Estos son algunos de nuestros proveedores favoritos:

 Víctor (Malpica)   Daiquí (Rairíz de Veiga)

Víctor (Malpica)                           Daiquí (Rairíz de Veiga)

Nutrenbío (Salvaterra)   Santiago (Melide)

      Nutrenbío (Salvaterra)                               Santiago (Melide)                     

Ecológico no es igual a “natural” o “sostenible

Cualquier producto que pretenda venderse con la etiqueta de “ecológico” o “biológico”, tiene que cumplir una estricta normativa legal recogida en el Reglamento (CE) nº 834/2007.

Esto implica un proceso de certificación y una supervisión permanente posterior por el organismo gubernamental competente.

Muchos productos que no pueden cumplir con estos estrictos criterios, se comercializan usando palabras como “casero”, “natural” o “sostenible”.

Es importante destacar que estas denominaciones no están reguladas y no se necesita cumplir con ninguna condición especial para poder usarlas. Se podría decir que se trata de simples herramientas de marketing.

Por ello, debemos asegurarnos que la etiqueta del producto que compremos siempre indique claramente las palabras “ecológico”, “biológico” o “bio”.

Podemos concluir entonces, que la fruta y verdura ecológica no sólo está libre de productos químicos y pesticidas, sino que también es muy superior en nutrientes y tiene un mejor sabor. Si además añadimos la ventaja de que su forma de cultivo favorece al medio ambiente y fomenta el comercio local y de proximidad, tenemos muchos argumentos a favor de consumir ecológico.